ISBN-13: 9781460978092 / Hiszpański / Miękka / 2010 / 126 str.
El presente libro, publicado por la Fundacion Comun Presencia en Bogota (Colombia) en 2010, es ahora distribuido por CreateSpace y Amazon en todo el planeta. "Mucho antes de llegar a la television y al cine, Leonardo Padron ya ejercia con soltura su oficio de poeta. De eso podra percatarse el lector al leer la antologia que ahora tiene en sus manos. Los poemas de este libro vienen a proponernos su particular testimonio acerca de lo urbano como construccion cultural y autobiografica, invitandonos tambien, en su descaro de amorosa ironia, a morirnos de ciudad. En el fondo y en la tangible superficie por donde se desplaza este yo poetico, vibra la tormentosa ciudad de Caracas, las noticias de los diarios, los aeropuertos, los pequenos detalles de la vida cotidiana y, por supuesto, el dificil asunto del amor como canto y padecimiento. Todos hemos vivido, aunque sea por unos segundos, una gran pasion. El amor tuerce, en su desmesura, el camino hacia nosotros mismos. En esa noche oscura del alma que deviene en discurso amoroso, la poesia de Leonardo propone mirarnos en un espejo virgen, y reconocernos como individuos, como algo definitivamente desprendido y unico. Con los hilos del poeta excluido y de la anomia urbana, se ha tejido el lienzo de la modernidad literaria. Nuestras ciudades, zigzagueando entre lo barroco y lo gotico, y entre la promiscuidad de estilos que le son caracteristicos, le ha dado cuerpo a una tradicion que supo distanciarse de lo europeo para asi delimitar su propia rutina, su ambicioso deseo de narrar, su extrema pasion de poetizar lo terrestre. Caracas, al pie del Avila, nada envidia a la musical Salzburgo, a la cansina Florencia, al fastidioso prestigio de Paris o al laberinto animal de Manhattan. Pero solo una ciudad como Caracas puede darnos una poesia urbana y amorosa como la que escribe Leonardo Padron. Porque Leonardo pertenece, por arte de su muy personal ventana y, desde siempre, al linaje de poetas que nuestro querido y entranable Eugenio Montejo denomino, en su oportunidad, los avilografos." Harry Almela"