ISBN-13: 9783848475889 / Hiszpański / Miękka / 2012 / 172 str.
Foucault, el, el "anti Freud," se en/cargo de hastiarnos con que no existe El Poder, sino que se chorrean, al igual que la sangre de mis ojos..., poderes, redes, diseminaciones, campos, dispositivos, juegos, estrategias (mas, cuando tuvo que ejecutar el poder de sus palabras contra Derrida, Lacan y en especial, Marx, no le temblo la lengua). Pierre Legendre, completara su hipotesis weberiana de los poderes, los cuales requieren de lo pathemico, de las pasiones para fluir, injertarse en las rendijas de lo humano. Hay que amar al poder del Opresor y a los poderes; no se reproducen sin ese pathos. Tambien se esparcen por lo que denominamos grotesmas, "chiflademas," alucinemas, "locuremas," semas, que en cada quien y en cada sociedad, nos hilvanan y nos empujan a creer en historias, palabras, cosas, entre otros elementos, como el dinero o los precios, que son literalmente, absurdos. Ya hay que ser lo suficientemente "chiflado," alucinado, etc., para imaginar que la masturbacion es una neurosis o que hubo aquelarres. Por ello, en una entrevista sobre la Comuna de Paris, es que Marx dio a entender que lo que habia que explicar, era como pudimos ser tan idiotas por millones de anos."
Foucault, él, el "anti Freud", se en/cargó de hastiarnos con que no existe El Poder, sino que se chorrean, al igual que la sangre de mis ojos..., poderes, redes, diseminaciones, campos, dispositivos, juegos, estrategias (mas, cuando tuvo que ejecutar el poder de sus palabras contra Derrida, Lacan y en especial, Marx, no le tembló la lengua). Pierre Legendre, completará su hipótesis weberiana de los poderes, los cuales requieren de lo pathémico, de las pasiones para fluir, injertarse en las rendijas de lo humano. Hay que amar al poder del Opresor y a los poderes; no se reproducen sin ese pathos. También se esparcen por lo que denominamos grotesmas, "chiflademas", alucinemas, "locuremas", semas, que en cada quien y en cada sociedad, nos hilvanan y nos empujan a creer en historias, palabras, cosas, entre otros elementos, como el dinero o los precios, que son literalmente, absurdos. Ya hay que ser lo suficientemente "chiflado", alucinado, etc., para imaginar que la masturbación es una neurosis o que hubo aquelarres. Por ello, en una entrevista sobre la Comuna de París, es que Marx dio a entender que lo que había que explicar, era cómo pudimos ser tan idiotas por millones de años.