Definitivamente era una mujer trascendente. Su porte, su manera de andar como balanceandose, su cabello tan largo, tan negro, tan brillante. Sus facciones tan simetricas, su mirada. Ese toque de amor profundo que traspasa en un aparente trato superficial, amable y exquisito. Esbelta y definitivamente rara, extrana, misteriosa. Tremendo. Tan joven y su expediente en el hospital de Valdecilla era de los mas gruesos. Desde muy chica y ya huerfana de padre, Dona Fitina, su madre, acudia con ella al hospital para revisiones periodicas. El sindrome de Scarfort era de imprevisible evolucion....
Definitivamente era una mujer trascendente. Su porte, su manera de andar como balanceandose, su cabello tan largo, tan negro, tan brillante. Sus facci...