En una sociedad libre se da por sentado, y es hasta tacita la convencion, por medio de la cual, cada individuo que se desenvuelve en ella, puede praticar cualquier tipo de ejericio espiritual, que su preferencia le indique. Esto es algo que no nos impresiona, o por lo cual debamos luchar. Pero, para Leonardo Cabrera, esto es simplemente un regalo: en un regimen donde todo es medido bajo la lupa de un sistema opresivo, cualquier manifestacion que proponga, siquiera vagamente, un peligro al status quo del mismo, es severamente castigado con las peores privaciones que un ser humano pueda sufrir....
En una sociedad libre se da por sentado, y es hasta tacita la convencion, por medio de la cual, cada individuo que se desenvuelve en ella, puede prati...