PROLOGO Dicen algunos que, en el mundo occidental, la sensualidad y el placer fueron sentenciados a la llegada del catolicismo, pues se les proscribio a la categoria del pecado. Tuvieron entonces que vivir en las catacumbas del ser humano. Nadie puede negar que las siente, que se apasiona por el placer; pero, ante la mirada inquisidora de la sociedad, se oculta para satisfacer sus deseos. Bocaccio se da gusto dando cuenta de las travesuras, aventuras y liviandades, que se permiten un grupo de jovenes aislados en el campo, en tanto la ciudad esta siendo diezmada por la peste bubonica. Siglos...
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