Caracas fuerza los limites: se ama y se odia sin tramites, y en ese trance sus habitantes aman y odian su propio reflejo, aun sin saberlo. La ciudad es lo que es su ciudadania y cada una porta a su tiempo la impronta de la otra. Frente a la diaspora venezolana que huye de este pais denigrando de el como de un accidente ajeno, y que tiene en Caracas la vitrina de todos sus angeles y demonios, Hector Torres vuelve a hurgar en el tejido menos tangible de la ciudad intentando descifrar esa suerte de codigo sociogenetico que el venezolano promedio exhibe como identidad o marca ciudadana. Entre...
Caracas fuerza los limites: se ama y se odia sin tramites, y en ese trance sus habitantes aman y odian su propio reflejo, aun sin saberlo. La ciudad e...