Hay poesias que son como un suspiro y apenas remontan vuelo; hay otras de larga inspiracion, de alas grandes. Asi es Salmo a la soledad, un canto que viaja hacia las profundidades del ser, explorando la historia humana desde sus origenes terrenales y divinos, y que su autor ha querido vestir de piel femenina. Como la soledad es Eva, son las musas, son las diosas... es la vida, es la muerte... es la pasion; es la mujer. Quien mejor para hablar de la soledad que un sacerdote -poeta por demas- que la ha visto frente a si, desnuda y primitiva, a un tiempo desprovista y posesiva. Despues de leer...