La primera vez que me hablaste de ti, de el, de ellas o de ellos, competias por demostrarme, al igual que haces en cualquiera de tus aficiones, que nunca necesitaras de la motivacion de nadie para sentir y expresar lo que ves desde tu alma. Por eso, se que nada podra impedirte dar a luz cualquiera de esos instantes que comp ones, con tu suave, cercana y emotiva prosa, delante de la pantalla de tu ordenador. Mostrandonos todo lo que nos cuentas con esa sutil ironia que, siempre, usas para hablar sin molestar. Manuel J. Gil Sevillano
La primera vez que me hablaste de ti, de el, de ellas o de ellos, competias por demostrarme, al igual que haces en cualquiera de tus aficiones, que nu...