En Ana Rivera, quien lo mismo que el filosofo griego Socrates no obtuvo una educacion formal (apenas cumplio la primaria), encontre una inteligencia pristina y una pureza de primavera en su justa dimension. Porque no es ingenuidad disimulada y si fuerza de intelecto. Nunca supo construirse una imagen, ella misma se erigio como mujer y se artillo en la afirmacion de su identidad de ser independiente. Por eso tantos le aman y le respetan. Esa es su verdadera obra. Cuantos profesores universitarios, doctores de diversos campos del saber, envidiarian un comentario como este de Ana, alguna vez...
En Ana Rivera, quien lo mismo que el filosofo griego Socrates no obtuvo una educacion formal (apenas cumplio la primaria), encontre una inteligencia p...