"Al fin, Portensia no temeria otra vez por los futuros pretendientes que vendrian o no, de la manera como lo hicieron con Mariabella. Ella escucho como el sacerdote cantaba letanias liturgicas que no tenian sentido, y sentada en su silla que se encontraba en el cuarto de piedra, que tenia el techo alto, se sintio segura, ya que ella habia acumulado exactamente, seiscientas treinta y dos monedas de oro que estaba brillante, mas trescientas cincuenta y nueve brillosas monedas de plata, y los rubies, diamantes, zafiros, y jade en el corte favorito de su mama: el corazon. Su carruaje personal...
"Al fin, Portensia no temeria otra vez por los futuros pretendientes que vendrian o no, de la manera como lo hicieron con Mariabella. Ella escucho com...