Jose Aparicio sabe que los grandes proyectos, como las almas grandes, son sustentados por profundas raices forjadas con el trabajo honesto del que no busca destacar sino fluir con la vida. Tras un largo y desafiante trabajo de arquitectura sostenible, Jose Aparicio regresa a Enguera, su pueblo natal. Se alojara en la solariega casa de la familia, hoy cargada de nostalgia. En el pueblo hubo un convento habitado por frailes carmelitas. Atrapado por los recuerdos de la infancia, Jose entra en el. Ante el Sagrario hallo a un anciano que aun asustadizo y esquivo, le miro con clemencia. Dejo la...
Jose Aparicio sabe que los grandes proyectos, como las almas grandes, son sustentados por profundas raices forjadas con el trabajo honesto del que no ...