No es la muerte del cuerpo sino la petrificacion del alma la exigencia ultima de la dominacion. El hombre se vuelve humilde cuando el signo del goce le presenta la muerte en el silencio del insomne. En esos momentos, el humano no solo observa que morira sino que debe hacerlo: el peso de cualquier pecado, engano, manipulacion contiene el manojo de piedras que los probos arrojan contra la prostituta. El abismo avisa en detalles, fragmentos. No es una reflexion sobre la finitud sino el desprecio del propio rostro. Este libro -mi primer libro- contiene una serie de articulos y ensayos que tratan...
No es la muerte del cuerpo sino la petrificacion del alma la exigencia ultima de la dominacion. El hombre se vuelve humilde cuando el signo del goce l...