ISBN-13: 9783639551327 / Hiszpański / Miękka / 2013 / 76 str.
En 1944, el director, dramaturgo y cineasta Edgar Neville produce, co-escribe y dirige una adaptacion de La torre de los siete jorobados (1924), novela de Emilio Carrere, novelista, poeta y, sobre todo, bohemio del Madrid de comienzos de siglo. En un principio, separan a estos dos autores concepciones esteticas diferentes y una distancia cronologica que no podemos pasar por alto; el decadentismo modernista de fin de siglo y el conservadurismo ironico y humanista de la ]otra generacion del 27] son actitudes lejanas que Neville se encargo de reconciliar en su adaptacion para el Septimo Arte. Carrere y Neville comparten un aspecto esencial: la novela es una rareza para la literatura espanola de la epoca y el film tambien fue un producto infrecuente para la cinematografia espanola del momento. Esta mezcla de casticismo y genero negro, de costumbrismo y fantasia sobrenatural no abunda en la tradicion artistica espanola. Este es un aspecto esencial que comparten ambas obras: la insercion de un genero poco cultivado en la literatura espanola (cuyas raices no se encuentran en la cultura hispana) en un Madrid absolutamente casticista y costumbrista.
En 1944, el director, dramaturgo y cineasta Edgar Neville produce, co-escribe y dirige una adaptación de La torre de los siete jorobados (1924), novela de Emilio Carrere, novelista, poeta y, sobre todo, bohemio del Madrid de comienzos de siglo. En un principio, separan a estos dos autores concepciones estéticas diferentes y una distancia cronológica que no podemos pasar por alto; el decadentismo modernista de fin de siglo y el conservadurismo irónico y humanista de la ¨otra generación del 27¨ son actitudes lejanas que Neville se encargó de reconciliar en su adaptación para el Séptimo Arte. Carrere y Neville comparten un aspecto esencial: la novela es una rareza para la literatura española de la época y el film también fue un producto infrecuente para la cinematografía española del momento. Esta mezcla de casticismo y género negro, de costumbrismo y fantasía sobrenatural no abunda en la tradición artística española. Éste es un aspecto esencial que comparten ambas obras: la inserción de un género poco cultivado en la literatura española (cuyas raíces no se encuentran en la cultura hispana) en un Madrid absolutamente casticista y costumbrista.