ISBN-13: 9781492930037 / Hiszpański / Miękka / 2013 / 344 str.
Tomas de Celano ingreso en la fraternidad en 1214 o 1215, cuando San Francisco regreso de Espana, renunciando a su proyectado viaje a Marruecos. Dios en su bondad -escribe el mismo al referir el hecho- tuvo a bien acordarse de mi y de muchos otros... A poco de la vuelta del Santo a la iglesia de Santa Maria de la Porciuncula, se reunieron a el resueltamente algunos letrados y nobles (1 Cel 56s). En 1246, o, mas exactamente, a partir de la decision del capitulo general de 1244, Celano tuvo que asumir de nuevo la tarea de biografo oficial de San Francisco; esta vez por mandato del ministro general, Crescencio de Jesi. Asi lo afirma en el prologo. No habla, sin embargo, en nombre propio, sino como jefe de un equipo de compiladores: Plugo a la santa asamblea del capitulo general pasado y a vos, reverendisimo padre..., encomendar a nuestra pequenez el encargo de escribir para consuelo de los presentes y recuerdo de los venideros, los hechos y los dichos del glorioso Padre nuestro Francisco; a nosotros que tuvimos de el un conocimiento mayor que los demas por el trato familiar y constante con el por espacio de muchos anos. Todo hace pensar que Celano no fue solamente el encargado de sistematizar y dar forma al material recibido de los tres companeros reunidos en Greccio -Leon, Angel y Rufino- y de otros informadores, sino que el mismo formaba parte del grupo, a no ser que se trate de un mero gesto de cortesia fraterna para con los autores del florilegio, teniendo a la vista la carta con que ellos presentaban los relatos al ministro con fecha 11 de agosto de 1246. Esta identificacion con sus colaboradores aparece en forma mas viva en la plegaria final, dirigida a San Francisco: Mientras escribiamos, nos sentiamos bajo el dulce encanto de tu recuerdo, y quisieramos hacerlo gustar a otros.... Que se trata, mas bien, de un recurso literario, aparece a continuacion en la peticion que hace por si mismo: Y te suplicamos con todo el afecto del corazon, padre benignisimo, por este hijo tuyo, que ahora y en otro tiempo escribio, por devocion, tus meritos; el, juntamente con nosotros, te ofrece y dedica esta obra, que ha logrado llevar a termino... (2 Cel 221-24). Lo cierto es que las paginas de la Vida segunda, por la unidad de estilo, por el lenguaje, por la sistematizacion de los temas, ponen de manifiesto la mano de Celano como unico responsable de la redaccion."