ISBN-13: 9781537152424 / Hiszpański / Miękka / 2014 / 224 str.
La terrible batalla de Stalingrado tenia su mas proximo parangon en los horrores que la maquina de picar carne de Falkenhayn habia provocado en Verdun. Sin embargo, hubo algunas diferencias significativas: en Verdun raramente se encontraban los enemigos frente a frente, porque los mataban a distancia los explosivos o eran abatidos por el fuego de las ametralladoras; en cambio, en Stalingrado, cada batalla se resolvia en una lucha cuerpo a cuerpo. Los soldados podian hablarse e insultarse con sus enemigos al otro lado de la calle; a menudo oian su respiracion en la habitacion vecina de una casa mientras recargaban las armas; en los cuerpo a cuerpo, entre el humo y los escombros, se recurria a los cuchillos, a las hachas y hasta a barras de goma o de hierro. Y habia tambien otra diferencia: fracasado el intento de conquistar la ciudad por asalto, los alemanes se fueron convenciendo de la semejanza de aquella batalla con la de Verdun, y se propusieron agotar al Ejercito ruso, numericamente superior, teniendolo constantemente empenado en una batalla de desgaste. Pero, en realidad, la analogia era totalmente erronea, pues los sovieticos no emplearon nunca (por lo menos hasta el comienzo de la contraofensiva de noviembre) un numero de fuerzas igual al de las alemanas. Los comandantes del Ejercito ruso ya se hubieran dado por satisfechos si hubieran podido disponer de refuerzos, en particular durante el mes de septiembre; pero esto era del todo imposible a causa de la escasa capacidad de los transbordadores del Volga."