ISBN-13: 9786202122597 / Hiszpański / Miękka / 2018 / 192 str.
La Dictadura de Primo de Rivera sustituyó el viejo caciquismo que tanto decía repudiar por otro nuevo acorde con sus intereses también basado en la desmovilización y en el control del poder local por los caciques, de tal manera que la estructura permaneció inalterable cuando Berenguer quiso reconstruir su modelo de normalidad con unas Cortes fabricadas a la vieja usanza. En una gran multitud de distritos rurales, se podría decir, que la figura del cacique seguía siendo lo seguro, lo de siempre, en las gañanías, en un sentido amplio, la ignorancia se reproducía a sí misma como la pobreza, no siendo fácil vehicular el descontento social. El reparto de exiguas prebendas justificaba el mantenimiento del orden social dominante articulado por una mentalidad social y políticamente conservadora. La figura del cacique estaba vinculada al poder sobre sus súbditos, y ese poder excedía de lo estrictamente político. Esa dominación sobre las personas dibuja un mapa más amplio que apuntan a la existencia de una estructura social implícitamente coactiva en la que el cacique era la piedra angular. De esta manera el mantenimiento en 1930 de esas redes caciquiles heredadas es más comprensible.