ISBN-13: 9781502590152 / Hiszpański / Miękka / 2014 / 94 str.
Soy un cobarde (o seguramente debo de serlo). La mayoria de nosotros y nosotras quizas lo seamos. Llegue a ese absoluto convencimiento, no por ningun arrebato de sentimentalismo, ni porque este atravesando por algun estadio de abatimiento extremo o de melancolia, sino que simplemente despues haber entrado en contacto con los entresijos de la vida de un ser humano casi sin parangon en los anales de la Humanidad. Yo no se si este hombre humilde, afable y sencillo es un dios viviente (o puede asimilarse a el) pero lo parece, porque esta atravesando un calvario parecido al de Jesus de Nazaret y de forma similar a como El lo hizo: perdonando al mundo, exhortandolo a la lucha por la dignidad, a la bondad, a la ayuda al projimo y al consuelo de quienes, como el, se hallan flagelados y sufriendo, a quienes recomienda que nunca pierdan la esperanza. Cada poco tiempo, la implacable evolucion de la enfermedad introduce, insidiosa y dolorosamente, un nuevo clavo entre su cuerpo y la pesada cruz que soporta, pero el, como el Creador, no gime, no se lamenta, no exterioriza el dolor, no echa la culpa de ello a nadie (mas al contrario, exculpa) y muestra siempre una sonrisa. Por eso he llegado al convencimiento de que valgo poco y soy un pusilanime, que gran parte del mundo lo es, porque hace falta mucho valor para enfrentarse a un dia siguiente y no desfallecer (como lo hace el hombre de quien hablo) cuando sabes que llevas un pesada carga y que cada dia lo sera mas todavia. Ahora no me cabe ninguna duda de que surgen, muy de cuando en cuando, sobre la faz de la tierra hombres increibles, que irradian un sublime halo de esperanza para la Humanidad y vienen a recordarnos, con su grandeza, lo ruines y viles que somos los demas en la mayoria de las ocasiones. He llegado a esa certera conclusion despues de escribir este libro. Tanto carino, tanto amor vertido en estas paginas dejan a cualquiera meditabundo. Uno quisiera ser asi para hacer acopio de toda esa gratitud, pero bien sabe que jamas lo lograra, porque con la dulzura de corazon hay nacer. He aqui la respuesta del mundo a la obra de un hombre tan humilde y sencillo que hasta le cuesta ya caminar. Y eso me lleva a pensar que hay un Creador, que, de cuando en cuando, tiene la osadia de presentarnos delante (quizas para que, tras reflexionar, cambiemos el erratico rumbo de nuestras vidas) a un ser magnanimo como Fernando Leira Almagro, para que, con su sola presencia en el mundo, nos de una leccion que jamas debieramos olvidar (aunque lo haremos): aquella que proclama que nuestras vidas son insignificantes, que vivimos en una falsa realidad y que la mayoria de las cosas materiales que poseemos no son mas que simples entelequias, sobre todo cuando, en mala hora, la vida se tuerce. De todas formas ese Creador ha sido un poco malvado (y que El me perdone). Porque, para darnos una especie de amonestacion, se ha servido del cuerpo de uno de sus siervos mas bondadosos, al que ha abocado al sufrimiento y al dolor, junto con toda su familia. No se si habria otra manera de hacerlo: supongo que no, porque hace muchos anos hizo lo mismo con su Hijo y despues lo repitio con muchos mas hombres. Aunque yo (un ser envilecido, casi con seguridad) no debiera permitirme llevar a cabo juicios tan temerarios. Aun asi, no temo Su ira...Mas bien espero alcanzar Su perdon, aun habiendome vuelto desafiante, mientras que a la vez me reconforto pensando que un Ser tan misericordioso no ha podido olvidarse de dejar prevista una solucion que mitigue el dolor y reconforte el cuerpo de ese hijo extraordinario que es Fernando Leira."