ISBN-13: 9781535422574 / Hiszpański / Miękka / 2016 / 360 str.
Durante las guerras de independencia en el resto del continente, Cuba permanecio leal a Espana, pero la razon hay que buscarla en el gran numero de esclavos existentes en la isla y el temor a una repeticion de lo ocurrido en Haiti . Pero seria iluso pensar que el ejemplo dado por los territorios continentales no influiria en las Islas, y ya en 1823 se creo una logia cubana, los Soles de Bolivar, formada por criollos que deseaban la independencia de Cuba. Incluso desde Mexico y la Tierra Firme se tramaron conspiraciones para separar la isla de Espana, si bien la habilidad de los capitanes generales pudo frustrarlas prolongando durante unos anos la adhesion de la Gran Antilla a Espana. Sin embargo, por dictamen de 10 de Febrero de 1837 las provincias de America y Asia, en lo sucesivo, debian regirse y administrarse por leyes especiales y sus diputados no tomar asiento en las Cortes. A pesar de las protestas planteadas ante las Cortes, estas no fueron atendidas, quedando la Isla sometida a un regimen que en lo fundamental estaba en ma-nos de los Gobernadores Generales, que a la vez ejercian las funciones de Capitanes Generales. Los politicos de la Peninsula no sentian las aspiraciones de la sociedad cubana de intervenir en su futuro, ni la creciente influencia del poderoso vecino del Norte, los Estados Unidos, sobre el comercio y el progreso de la Gran An-tilla. Tenian suficiente con nombrar a los que ocupaban los cargos administrati-vos, que desgraciadamente en muchas ocasiones recaian en quienes no tenian la preparacion necesaria o solo buscaban la facil y rapida fortuna. Seria a partir de entonces que empezaria a manifestarse en Cuba la aparicion de las tres corrientes de opinion contrarias a la pertenencia a Espana: la anexionista, la autonomista y la separatista. Pese a que sucesivos capitanes generales, como Roncali, el Marques de La Habana o el General Serrano expusieran al gobierno la necesidad de establecer una serie de reformas en la adminis-tracion que satisficieran las aspiraciones de los cubanos y que les apartaran de las ideas independentistas, lo cierto es que no se avanzo lo necesario para satisfacer la marea incontenible que marcaban los nuevos tiempos. A los incipientes deseos internos de emancipacion habria que anadirles las apetencias anexionistas de Los Estados Unidos y de Gran Bretana. Sin embargo, por paradojico que pueda parecer, la propia debilidad espanola en el concierto internacional contribuyo a que se prolongase nuestro dominio sobre la Isla. La pugna por la Gran Antilla se mantuvo hasta mediados del siglo XIX, pero mas tarde, conscientes ambas potencias de la oposicion de la otra a su ocupacion, optaron por una aparente neutralidad, aceptando la prolongacion de la debil Espana como soberana de la isla. Todo ello se hizo realidad tres anos mas tarde cuando aprovechando la convulsion que se produjo en la Peninsula como consecuencia de la Revolucion de 1868, estallo la insurreccion en Cuba. Con la marcha de la Reina, se inicio para Espana un espacio de seis anos denominado Sexenio Revolucionario, esto es, el que medio entre el destronamiento de Isabel II y la Restauracion de la monarquia borbonica en la persona de su hijo Alfonso XII. La Revolucion de 1868 fue el detonante de la primera gran insurreccion en Cuba. Ya a lo largo de los anos anteriores se habian producido algunos movimientos, rapidamente atajados, pero la situacion se mantenia en una tensa calma que la caida de Isabel II vendria a romper. En la noche del 9 al 10 de Octubre de 1868 lanzaba Cespedes su "Grito de Yara," que marcaba el inicio de una campana que duraria diez anos y costaria a Espana del orden de las 65.000 bajas, la mayor parte debidas al clima. La insurreccion cubana se habia iniciado y a traves de tres conflictos sangrientos (Guerra de los Diez Anos, Guerra Chiquita y Guerra de la Independencia) que llenarian lo que quedaba del siglo,"