ISBN-13: 9780829763300 / Hiszpański / Miękka / 2013 / 176 str.
ISBN-13: 9780829763300 / Hiszpański / Miękka / 2013 / 176 str.
Debe ser que yo no soy un cristiano muy bueno... Sientes algo de esto?: No oro lo suficiente Leo muy poco la Biblia No comparto mi fe lo suficiente No amo a Dios lo suficiente No estoy suficientemente comprometido No soy suficientemente espiritual Entonces este libro es para ti. Espiritualidad sin hipocresia es un libro escrito para la mayoria silenciosa de nosotros que hemos estado convencidos de que sencillamente, no llevamos nuestro cristianismo como deberiamos. Nos pasamos la mayor parte de la vida preocupados por lo que no hacemos, en lugar de interesarnos en lo que si hemos hecho; enfocados en nuestras imperfecciones, en lugar de enfocarnos en la debilidad que siente Dios por los imperfectos. Por que? Porque nos han estado bombardeando con libros, grabaciones, charlas, seminarios y peliculas para convencernos de que el verdadero cristianismo tiene que ver con la perfeccion. Michael Yaconelli se atreve a sugerir que la imperfeccion, las limitaciones y los desastres son, en realidad, las caracteristicas del verdadero cristianismo; que el cristianismo genuino es desastroso, erratico, desequilibrado... y gloriosamente liberador. Que tal si la fe genuina comenzara por admitir que nunca llegaremos a ser personas totalmente eficientes y bien organizadas? Tal vez los discipulos desastrosos sean precisamente la clase de gente imperfecta por la cual Jesus vino a la tierra, y de cuya compania disfrutaba de verdad... y sigue disfrutando. Si quieres hallar hoy a Jesus, buscalo en medio de los creyentes exhaustos, los desajustados morales, los religiosamente incompetentes... hombres y mujeres cuya vida es... bueno, un desastre. Espiritualidad sin hipocresia es un fuerte antidoto para el perfeccionismo espiritual que llevamos todos dentro. Contiene unas verdades que te pueden liberar de la tirania de lo que deberias estar haciendo, y abrirte los ojos para que veas la profunda espiritualidad que hay en recibir, con nuestras limitaciones y todo, el amor del Dios que acude a tu encuentro en medio de una vida desastrosa e impredecible.