ISBN-13: 9781930879669 / Hiszpański / Miękka / 2016 / 272 str.
Tras un frustrado intento de regreso a Chile en 1984 y tras deambular por Latinoamerica en inutil busca de un pais donde vivir y sonar, el autor y su grupo de teatro expulsados del que consideraba su continente, regresa a Europa. En la luminosidad de los amaneceres de Roterdam el autor termino este manuscrito dos anos antes de que el dictador abandonara el poder tras perder un plebiscito en 1988 y en 1990 se permitiera el regreso de los exiliados. En la luminosidad de los amaneceres de Roterdam el autor termino este manuscrito dos anos antes de que el dictador abandonara el poder tras perder un plebiscito en 1988 y en 1990 se permitiera el regreso de los exiliados. El manuscrito terminado fue enviado a la madrina del boom, Carmen Balcells. Un dia, el 25 de agosto de 1988, el cartero sonriendo le alargo un sobre en el que se leia, escrito con maquina amiga y cuidadosa, el nombre del autor. El membrete del sobre decia Agencia Literaria Carmen Balcells, la carta la firmaba Carina Pons, la mano derecha de Carmen, quien le comunicaba que tras leer el manuscrito pensaban que el texto podria tener muy buena acogida en las editoriales Lumen y Grijalbo, de Barcelona, y Alfaguara de Madrid. Y que de ahi en adelante habian designado a Javier Aparicio como mi contacto con la agencia. Alfaguara, Lumen y Grijalbo, nombres magicos que anunciaban una nueva era, sin embargo, al igual que pasara con la lista maldita de los 5000 una sombra se atraveso en el camino. La primera senal fue un llamado de Javier diciendo que los editores pedian un cambio de nombre, que los pajaritos prenados podia sonar sarcastico en un momento de tragedia. Los pajaritos prenados desaparecieron en el espacio. La segunda senal fue decirme que el exilio chileno podria ofenderse por lo que parecian algunas criticas y por el humor del texto. Al parecer no eran tiempos de criticas, de pensar fuera del riel y menos aun de reirse. La tercera senal fue el silencio que acompana los manuscritos enterrados, una sombra negra se habia atravesado nuevamente en mi camino, pero esta vez no era la sombra de la dictadura y no por ello era mas amable puesto que la nueva sombra era nuestra sombra. Hoy, los pajaritos prenados vuelven, desentumecen sus alas en la red y se entregan a los lectores. Al releerlo veintiocho anos mas tarde entendi por que los comisarios no podian dejarlo pasar y por que hoy, al igual que ayer, no lo dejarian pasar."