ISBN-13: 9781500614140 / Hiszpański / Miękka / 2014 / 322 str.
El copamiento del sector educativo por el nacionalismo catolico dio un fruto inusitado: por obra del Ministro de Justicia e Instruccion Publica, Gustavo Martinez Zuviria, se decreto la ley de ensenanza religiosa en las escuelas primarias y secundarias controladas a partir de alli por la jerarquia eclesiastica. La medida fue impuesta por el gobierno del Gral. Ramirez el 31 de diciembre de 1943. Tal disposicion representaba uno de los anhelos mas acariciados por los nacionalistas catolicos, despues de muchos anos de laicismo escolar y dura lucha contra leyes liberales que habian cercenado prerrogativas a la iglesia. Por eso: como no iba la Iglesia a apoyar a Peron y su nuevo movimiento politico? El lider habia acentuado a medida que avanzaba la campana electoral su profesion de la fe catolica, cristiana. Ademas era el continuador natural del GOU, que habia decretado la polemica ley. Antes otra pastoral colectiva en 1942, habia condenado al liberalismo, al socialismo y comunismo, e incluso al totalitarismo y racismo materialista, de la misma forma en que los condenaba ahora. Y Peron habia gestado un movimiento policlasista, opuesto en principio a todo aquello. La coincidencia no podia ser mayor, porque en la vereda de enfrente (Union Democratica) se habian ubicado todos los partidos que postulaban cuestiones adversas a la Iglesia: el laicismo escolar, el divorcio, la separacion de la Iglesia y el Estado, etc. La pastoral del 15 de noviembre de 1945 vino a confirmar ese apoyo tacito que la Iglesia daba a Peron y su campana. Gracias al apoyo decisivo de la Iglesia, el Peronismo triunfo en 1946. Pablo Marsal opinaba que los ciudadanos tenian principios religiosos que los indujeron a colaborar en lo politico con un movimiento que corto al principio con las dos corrientes de impiedad y oposicion al catolicismo existentes en nuestro pais. Solo anos mas tarde -concluia-, los catolicos reconocerian su error politico al votar a un gobierno .."corrupto administrativamente y dictatorial." Si hubo enfrentamientos y disensiones por ambas partes, las mismas quedaron ocultas o fueron ignoradas, seguramente porque no revistieron suficiente importancia como para ser resaltadas. A nivel oficial las relaciones eran cordiales y no parecian presagiar la ruptura y el enfrentamiento de los anos posteriores. Si bien es cierto que desde el principio existio la oposicion de algunos sectores catolicos al peronismo y sus tacticas de acuerdo con la Iglesia, no constituyeron una fuerza importante, numerica ni cualitativamente. No debe olvidarse que la Alta Jerarquia Eclesiastica se embandero masivamente en un apoyo tacito al nuevo social-cristianismo peronista, sin ningun tipo de disidencia importante. Por lo tanto, los sectores opositores fueron ignorados o sancionados por los altos dignatarios. Desde el principio de su doble gobierno, Peron dio un razonable margen de libertades a todos los cultos religiosos. Con el correr de los anos, esa tendencia parecio acentuarse, probablemente porque algunos conatos de oposicion en el clero y sectores catolicos laicos, lo comenzaron a indisponer con el culto oficial. Las reacciones que tal situacion produjo en sectores ultristas catolicos, demostrarian que la controvertida ley de ensenanza religiosa y otras prerrogativas concedidas les habian dado infulas de poder. Sus reacciones dogmaticas frente a otros cultos senalaban que al creerse duenos de la "verdad," no estaban dispuestos a compartir el cetro con nadie. La mencionada ley sumergio a la sociedad entera en un culto catolico impartido con gran sectarismo, comportando para la Iglesia la posibilidad de volver a ser un "Estado dentro del Estado," gracias a la creciente base social que le deparaba tal tribuna. Equivalente casi a un regreso a los tiempos feudales, cuando la Iglesia compitio activamente contra los monarcas usando sus prerrogativas espirituales (excomunion) y sus cuanti