ISBN-13: 9781515087533 / Hiszpański / Miękka / 2015 / 170 str.
La Biblia nos dice que "Dios es amor" (1 Juan 4:8), por lo tanto Su propia naturaleza se manifiesta en el deseo de salvacion de todos los pecadores. Dios no puede ir en contra de Su propio caracter y hacer lo contrario, sin importar que clase de maldad pueda haber cometido el pecador. No hay nadie que sea tan malvado que Dios no lo quiera salvar. Dios permite la maldad del hombre para demostrar que Su Palabra es verdad, y de esa manera recibir gloria y alabanza por causa de Su misericordia. Esto significa que Su amor y Su compasion estan mucho mas alla que la iniquidad del hombre, porque son frutos de Su propia naturaleza. Dios se deleita en salvar a los perdidos, pero no se goza cuando El tiene que destruir a un pecador, cuyas transgresiones hayan llegado a tal punto en el que no puede recibir mas misericordia. Lo que podemos leer en Ezequiel 18:23, que esta en forma de pregunta, nos revela el Corazon que Dios tiene hacia aquellos que desobedecen Sus mandamientos, y que en muchas ocasiones tambien Le han insultado: " Quiero yo la muerte del impio? - dice Jehova el Senor. No vivira si se apartare de su camino?" Luego en el verso 32 del mismo capitulo la se repite la misma afirmacion: "Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehova el Senor. Convertios, pues, y vivireis." Este deseo de Dios de mostrar misericordia nunca ha cambiado, porque es una caracteristica de Su naturaleza que se puede encontrar a traves de toda la Biblia. Finalmente leemos en 2 Pedro 3:9, "El Senor no retarda su promesa, segun algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento." Este es el mas profundo deseo del Corazon de Dios: que nadie perezca, sino que todos se arrepientan y tengan vida eterna. Es mi deseo el de enfatizar a traves de este libro que nunca nadie se arrepintio y recibio salvacion sin que alguien se haya puesto en la brecha entre Dios y el, con el proposito de obtener para el incredulo una profunda conviccion de pecado y un corazon sensible. El pecado, por naturaleza propia, tiende a cegar los ojos del transgresor, de tal manera que no puede ver el mal que este haciendo. Por lo tanto tampoco puede saber que tiene necesidad de arrepentirse, ni puede percibir las consecuencias eternas que le esperan si no lo hace. Nunca podra cambiar y volverse atras de su maldad si alguien no le pide a Dios que le conceda esa gracia, porque a causa de su ceguera, nunca lo pedira por el mismo. Si quiere asegurarse de lo que le estoy diciendo, solo mire a su alrededor. Mire cuantos estan en una prision interior de la cual no pueden escapar. Sus pecados los llevan a la destruccion, porque sin un intercesor lo unico que les queda es una horrible expectacion de juicio. Pronto entendera que sin la persistencia de sus oraciones, Dios no tiene ninguna razon para mostrar Su misericordia, la cual solo se manifestara cuando el intercesor clame. Podemos ver el cumplimiento de este hecho mirando alrededor: hay millones que rehusan arrepentirse porque no hay intercesores que hayan obtenido en lugar de ellos por medio de las oraciones una profunda conviccion de pecado y un corazon sensible. Un incredulo es como un hombre que se esta ahogando porque no sabe nadar, y necesita alguien que lo rescate de las aguas en las que cayo. No hay nadie como Dios quien pueda amar al pecador con un amor sin limites y sin egoismo, aunque este haya desobedecido Sus Leyes. Pero El no lo salvara sin nosotros, porque la salvacion es un trabajo de grupo, entre nosotros y Dios. Si no cooperamos, el arrepentimiento no les sera concedido. La Biblia explica claramente que el pecado del hombre no puede dictar la misericordia de Dios, porque Su amor sobrepasa todo entendimiento humano. Es por eso que Dios siempre esta buscando intercesores que obtengan este don gratuito (Su misericordia y Su gracia) para aquellos que lo necesit"