ISBN-13: 9789803652722 / Hiszpański / Miękka / 2014 / 544 str.
ISBN-13: 9789803652722 / Hiszpański / Miękka / 2014 / 544 str.
Este libro del profesor Allan R. Brewer-Carías trata del proceso de implantación de un Estado totalitario en Venezuela, impuesto a los venezolanos sin que nadie haya votado por su ello, que ha sido el resultado de quince años de un régimen autoritario que ha tenido como misión fundamental la sistemática demolición y desmantelamiento del Estado democrático y social de derecho y de justicia, de economía mixta y descentralizado que reguló tan cuidadosamente la Constitución de 1999. Dicho Estado y la burocracia cívico militar que lo controla, han pasado a controlar todos los aspectos de la vida política, social y económica del país, apoderándose hasta de la vida cotidiana, logrando que todos los ciudadanos dependan en una forma u otra del mismo, de manera que frente al mismo, por supuesto, no hay ni derechos que reclamar, ni garantías que exigir, ni forma alguna de controlar, sino aceptación, asentimiento, sometimiento, sumisión, resignación, discriminación, desplazamiento, relegación o persecución. Se trata de un Estado en el cual, como todos los de su linaje, el poder está totalmente concentrado y controlado por la burocracia que lo maneja, que está imbricada a un partido político "único" que se ha fusionado al propio aparato estatal, y que en conjunto poseen el monopolio de la actividad política y económica del país. Los mismos, además, están guiados por una ideología que se ha convertido legalmente en la única "legal," que aunque calificada como "socialista" en leyes, reglamentos, decretos y planes, no es más que un mal maquillaje de la doctrina "comunista," montada sobre los mismos tres pilares que conformarían la "sociedad comunista" definida a mitades del siglo XIX, y que son, la "propiedad social" de los medios de producción; la "eliminación de la división social del trabajo," y la "reinversión del excedente," con todo lo destructivo que ello tiene. Con su implementación la iniciativa privada ha quedado marginada, pues el grueso de la economía ya está en manos del Estado, no sólo por el control de la industria petrolera cuyo producto ha sido mal administrado y despilfarrado impunemente; sino por haberse nacionalizado, depredado, confiscado, expropiado, ocupado y decomisado empresas y establecimientos industriales privados, sin estar sometido a control alguno y sin pagar la justa compensación de la que habla la Constitución. Con todo ello, dicho Estado totalitario y la burocracia que lo controla, lograron en breve tiempo, el milagro de convertir al país más próspero y democrático de América Latina, en el país con el más alto de índice de pobreza y de miseria en el mundo, y con el menor grado de democracia.