ISBN-13: 9781491212721 / Hiszpański / Miękka / 2013 / 248 str.
Indefensos, sin experiencia y dependientes en extremo de los adultos, los ninos deberian contar con la proteccion serena y eficaz de los pediatras, pero como a lo largo de este libro veremos, su intervencion es mas perjudicial que beneficiosa. Basados en criterios medicos estandarizados y asumiendo siempre que lo que han estudiado es correcto, el especialista en ninos (edad que ahora abarca desde el nacimiento hasta los 14 anos) no se cuestiona las razones por las cuales la mayoria de los ninos padecen las mismas enfermedades una y otra vez. Tampoco es capaz de admitir que no existen enfermedades cronicas, sino enfermedades no resueltas, la mayoria de ellas por no saber la causa real de su inicio. Del mismo modo, denominan como "enfermedades geneticas" a aquellas que tambien han padecido alguno de los padres, cuando en muchos casos se trata solamente de enfermedades adquiridas despues del nacimiento. Si los padres padecen una enfermedad causada por repetidos errores en su forma de vivir o comer, su hijo con seguridad tambien la padecera. Pero los padres, asustados por los cientos de mensajes que le obligan psicologicamente a poner incondicionalmente la salud de sus hijos en el medico, no intentan ni siquiera superficialmente aprender medicina elemental, ni siquiera el concepto de alimentacion saludable, pues las frases "consulte a su medico," "no se automedique," son tan reiterativas que le anulan cualquier capacidad de raciocinio sereno. Convertida asi casi toda la poblacion mundial en sumisos pacientes y fieles creyentes de los multiples beneficios que la medicina quimica dice tener, no intentan ni siquiera someramente pensar por si mismos en cuestiones de salud. Y si acaso se atreven a contradecir, aunque sea de modo suave y sutil, al pediatra en una de las consultas "obligatorias," se encontraran con la replica inmediata del galeno, quien seguramente le preguntara ironico: " Es usted medico?" Obviamente la mayoria de los padres no son medicos titulados, pero tampoco son personas con tal retraso mental que no puedan entender porque las personas enferman. Y si deciden no hacerle caso cuando la salud de su hijo no acaba de mejorar despues de largas y peligrosas terapias, se encontrara con serias amenazas incluso legales, insistiendole que con la salud de los ninos "no se juega." Advertencia inutil, pues esa es precisamente la razon por la cual ese padre esta cuestionando la eficacia de su medico. Lo cierto es que supone un milagro el que los ninos consigan crecer aparentemente sanos ano tras ano, y me atreveria a asegurar que eso lo consiguen a pesar de los medicos, empenados en llenarle el cuerpo de medicamentos desde que nacen. Han perdido tanto el miedo a los medicamentos que los administran sin ningun temor, convencidos de que los efectos secundarios admitidos por los laboratorios son pura anecdota y que el pequeno enfermo no tendra ningun problema con ellos. Afortunadamente el metabolismo de los ninos es tan intenso y vivaz que son capaces de sobrevivir a toda clase de errores, incluidos aquellos que los propios padres ejercen por mala informacion. No soy muy creyente, pero empiezo a darme cuenta que debe existir ese angel de la guarda que dicen tienen todos los ninos."